Filtros en fotografía
Poniendo un filtro en nuestro objetivo podemos cambiar el resultado final de la fotografía.
Los filtros fotográficos están entre los accesorios más utilizados en fotografía analógica. Aunque en fotografía digital se siguen usando algunos de ellos, la mayoría de los efectos conseguidos con los filtros pueden alcanzarse editando la fotografía en un ordenador.
Los filtros ópticos son unos complementos de la lente formados por una capa de un material traslúcido que filtra los rayos de luz. Éstos se acoplan delante del objetivo de la cámara. Con ellos podemos equilibrar situaciones cromáticas, modificar las cualidades de la luz o añadir efectos especiales a las fotografías.
Tipos de acople
Portafiltros: Este tipo de sistema consiste en un dispositivo que se acopla al objetivo y que sujeta los filtros que se colocan delante.
Aunque pueden parecer aparatosos tienen ventajas destacables como que son compatibles con diferentes tamaños de objetivos, permanecen en su posición, aunque el frontal del objetivo rote y son más fáciles de intercambiar que los filtros de rosca.
De rosca: Se enroscan al objetivo y no necesitan ningún accesorio adicional para funcionar. Existen filtros de tantos tamaños como diámetros de objetivos y ambos deben coincidir. Su uso es el más extendido entre los fotógrafos.
Casi todos los filtros reducen la cantidad de luz que dejan pasar al objetivo por lo que debemos tener en cuenta su Factor de Filtro que se expresa con un número seguido de una "x". Si nuestro filtro es 3x quiere decir que debemos triplicar la exposición.
Tipos de efectos visuales
En función del efecto que produzcan en la imagen, los filtros se suelen clasificar en varios tipos: ultra violetas, polarizadores, de densidad neutra, de color, filtros especiales para película blanco y negro, infrarrojos, degradados, de aproximación o de efectos especiales.
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